viernes, 11 de abril de 2014

Sitio para plantar nuestros primeros arboles.



Este es el primer sitio elegido para la plantación de nuestros árboles, y asi poder adecentar un poquito la zona, y proporcionar beneficios a las personas que viven en esta calle. 



Proyecto Guadalbosque

Marcos de plantacion de arboles



Estas son tres formas de plantar árboles en un jardín, para que queden mas bonitos y vistosos, ademas de permitirnos un modo de regarlos y que sus raíces no entorpezcan el crecimiento de los demás árboles.



María Moreno Serena

Situacion de los arbustos en un jardin

En particular, si intentas añadir arbustos menudos a tu espacio de jardín, considera agruparlos en lugar de colocarlos a una distancia el uno del otro. Coloca unos arbustos que crecerán más alto contra tu casa y arregla varias filas de unos más pequeños al frente, llenando tu jardín con verde y añadiendo un poco de atractivo visual al espacio. Para una atracción máxima, busca arbustos con hojas de diferentes texturas para crear variedad.



Agregar árboles y arbustos a tu paisaje es un método eficaz de integrar un poco de verde natural en el césped bien cuidado. Debido a que los árboles y arbustos son adiciones voluminosas y en última instancia, difíciles de mover, deberías tener mucho cuidado antes de colocarlos en tu jardín. Dependiendo de la función para la que quieres que sirvan estas adiciones, hay una serie de diferentes ajustes que puedes encontrar atractivas.



Si tienes árboles en tu jardín cuyas raíces sobresalen por encima del suelo, remedia esta situación creando árboles circundantes con arbustos. Quita el césped estropeado que en la actualidad descansa en torno a estos árboles y reemplázalo con una colección de arbustos, embelleciendo el espacio al tiempo de reducir la cantidad que tienes que cortar de césped.










Manuel Paz Jurado

Beneficios de los arboles para los humanos

Los árboles tienen gran valor ecológico y nos proveen muchos beneficios. De los recursos naturales con los que el ser humano se relaciona, los árboles son probablemente con el que nos identificamos más en distintas etapas de nuestro desarrollo. Pueden evocar momentos de juego, amor, reflexión de la niñez, adolescencia o adultez. Anuncian las temporadas del año con sus florecidas o la caída de sus hojas y revelas, en ciertas instancias, la región geográfica en la que nos encontramos. Algunos de los beneficios de los árboles son:
Producen oxígeno- Elemento esencial para la vida en la tierra, tanto para los humanos como para otros seres vivientes.
Purifican el aire- Funcionan como filtros y controlan naturalmente las temperaturas de Planeta. Un árbol puede absorber y retener un promedio de 13 a 15 libras (dependiendo de la especie) de bióxido de carbono (CO2). Este gas es uno de los llamados gases invernadero, o sea aquellos que promueven que la temperatura global aumente mediante un proceso natural denominado efecto invernadero. Los árboles subsanan el incremento en la concentración de CO2 en la atmósfera causado por las emanaciones excesivas generadas por ciertas actividades industriales. A través de sus hojas, corteza y raíces también absorben o capturan contaminantes del ambiente como el polvo, cloro, bióxido de azufre, fluoruros, entre otros.
Proveen sombra- Protegen contra los incesantes rayos del sol; refrescan la atmósfera con sus ramas y hojas, y filtran los rayos solares.
Proveen habitáculo para la vida silvestre- Proporcionan el ambiente adecuado y útil para variadas formas de vida tanto de fauna como de flora.
Añaden belleza al paisaje- Tienen un valor estético; éstos imparten belleza por sus formas, tamaños y patrones de florecidas.
Ayudan a ahorrar energía- Refrescan el ambiente; un árbol puede transpirar hasta 150 galones de agua al día produciendo el efecto de 5 acondicionadores de aire.
Proveen alimentos y otros productos- Nos proporcionan, entre otras cosas, frutos, madera, carbón vegetal, materia prima para papel y vivienda.
Aíslan ruidos- Son una barrera natural contra el ruido; absorben ondas sonoras, producidas por vehículos, aeroplanos etc.
Protegen contra la erosión- Protegen los suelos contra la erosión causada por el agua y el viento, aportando cohesión al suelo que se encuentra entre su sistema de raíces; además las copas de los árboles atrapan las gotas de lluvia, las desvían y reducen su velocidad, lo que evita su impacto sobre el suelo.
Sirven de barrera contra el viento- Amortiguan la velocidad del viento, lo que protege recursos, cultivos agrícolas y las costas durante tormentas y huracanes.
Mitigan inundaciones- Los humedales, incluyendo los que tienen especies arbóreas (por ejemplo los manglares), funcionan como esponjas, almacenando aguas de inundación para luego liberarlas. Los árboles también mediante su sistema de raíces retienen las escorrentías superficiales, lo que promueve que sean absorbidas al subsuelo y se alargue el periodo de tiempo que les toma fluir hasta cauces y lechos.
Son un eslabón importante del ciclo hidrológico- Las escorrentías superficiales son absorbidas por sus raíces y luego transpiradas por sus hojas, lo que fomenta la formación de nubes de lluvia.
Ayudan a conservar cuerpos de agua- Los árboles crean fisuras en el suelo, a través de las que se infiltra el agua de lluvia que llega a los acuíferos subterráneos.




Andrés Chaves

Arbustos autoctonos de españa

Estos son algunos de los arbustos típicos de España, y de los cuales nosotros plantaremos algunos en nuestro Guadalbosque

ADELFA (nerium oleander). Otros nombres: laurel rosa, laurel de flor, baladre, trinitaria.
Arbusto siempre verde, de hoja alargada y estrecha, muy ramificado desde abajo, autóctono del sur de Europa, norte de África y oeste de Asia. En la Península Ibérica crece en Levante y en el tercio sur (Andalucía), incluido Portugal.
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato): silíceo (ácido), neutro, incluso calizo (básico) y salino. En terrenos sueltos bien drenados, cercanos a corrientes de agua, pues sus raíces necesitan humedad. Con esa condición, es capaz de resistir fuertes calores estivales y la sequía ambiental. Es propio de zonas templadas y cálidas, ya que solo aguanta fríos y heladas si son suaves. Posición a pleno sol. Desde 0 msnm hasta 1.100 msnm.
Florece desde final de primavera hasta el inicio de otoño. Da flores rosas, aunque también se cultiven de flor blanca, roja, incluso amarilla. El fruto es una cápsula en forma de vaina, de hasta 15 cms., color verde, que se torna pardo cuando madura durante el invierno. Se puede recolectar al empezar a abrirse y poner a la intemperie y al sol hasta que termine de abrirse. Contiene numerosas semillas provistas de pelillos.
La adelfa se multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente nada más ser extraídas de la vaina, en invierno o al inicio de la primavera, sin tratamiento alguno.
La adelfa también se reproduce por estacas de unos 15 cms., semi leñosas en verano o leñosas en invierno.



AGRACEJO común (berberis vulgaris). Otros nombres: agrazón, garbazón, vinagrera, vinagreta, berbero.
Arbusto espinoso de hoja caediza, autóctono del centro y sur de Europa, oeste de Asia y norte de África. En España abunda más en la mitad este, propio de zonas montuosas. Escaso en el oeste.
Se desarrolla bien en suelo (sustrato) calizo (básico) o neutro, aunque crece también en suelo silíceo (ácido). Capaz de vivir en terrenos semi áridos, pobres y pedregosos, y de aguantar sequías, grandes calores, así como el frío. Posición al sol o a media sombra.
Florece en primavera, con flores amarillas pequeñas, dispuestas en racimos colgantes. Sus frutos son bayas alargadas, de 1 cm., color verde claro, que se tornan color rojo cuando maduran a final de verano e inicio de otoño. Una vez quitada la pulpa, aparecen una o dos semillas alargadas de color

ALADIERNO (rhamnus alaternus). Otros nombres: Aladierna, alaterno.
Arbusto o arbolillo siempre verde que crece en bosques y monte bajo de los países ribereños del Mediterráneo y Asia Menor. Está presente en Baleares y en la Península Ibérica (salvo el extremo norte).
Crece en cualquier tipo de suelo (sustrato): silíceo (ácido), neutro o calizo (básico). Y en todo tipo de terrenos, incluso superficiales, pobres y pedregosos. Resiste la aridez, la sequía, la sequedad de ambiente y el calor extremo.
Florece a final de invierno o en primavera con pequeñas flores verde amarillas. Los frutos del aladierno son bayas pequeñas y rojas. Maduran escalonadamente, desde final de primavera y en el verano, y entonces se tornan negras. Quitada la pulpa, contienen hasta 4 semillas, con una cubierta protectora que al secarse se desprende.
El aladierno se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño, tras un día en remojo.
También podemos sembrar al inicio de la primavera, pero como las semillas pierden capacidad germinativa a temperatura ambiente según pasan las semanas, debemos conservarlas en una bolsa de plástico porosa, sin humedad y con el mínimo de aire, en la bandeja de las verduras de un frigorífico, en donde la temperatura es de 4ºC aproximadamente.
Mejoramos la germinación si un mes y medio antes de sembrar las semillas se estratifican en frío, poniéndolas en arena húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico, a 4ºC, en la bandeja de verduras de un frigorífico. Cada semana reponemos humedad pulverizando un poco de agua y miramos si hay alguna semilla germinando y, de ser así, la sembramos. El resto se siembran al acabar el invierno.
Asimismo, el aladierno se reproduce por esquejes leñosos en invierno, o semi leñosos en verano.
El aladierno es capaz de rebrotar de cepa si es talado o tras el paso de un fuego. marrón.
El agracejo común se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño.
También pueden sembrarse al acabar el invierno: hasta entonces, conservamos las semillas dentro de una bolsa de plástico porosa, sin humedad y con el mínimo de aire, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico, cuya temperatura es de 4ºC aproximadamente. Al final del invierno sembramos directamente.
No está de más, para mejorar el índice de germinación, estratificar en frío las semillas durante 2 ó 3 meses: las ponemos en arena húmeda, no encharcada, dentro de un envase de plástico cerrado, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a 4ºC. Cada 4 ó 5 días reponemos la humedad pulverizando un poco de agua y, ya al final, miramos si alguna semilla germina y, de ser así, la sembramos. El resto se siembran acabado el invierno.
El agracejo común también se multiplica, en verano, mediante estaca semileñosa con talón de la rama leñosa.


LIGUSTRE común o ALHEÑA (Ligustrum vulgare). Otros nombres: ligustro, malmadurillo.
Arbusto de hojas caedizas (en climas fríos y ventosos) o perennes (en climas benignos). Autóctono de Europa (menos el norte más frío), del norte de África y oeste de Asia. En la Península Ibérica crece en el centro y en el norte, salvo la franja mediterránea. Y, más disperso, en algunas montañas de la mitad sur.
Se desarrolla bien en suelo (sustrato) calizo (básico), aunque pueda crecer en el silíceo (ácido). En terrenos más o menos profundos, frescos y húmedos, pero bien drenados, de montes y montañas. Resiste bien fríos intensos. Posición a pleno sol o a media sombra.
Florece a final de primavera y en verano con flores blancas y olorosas, en racimos erectos. El fruto del aligustre común es una baya esférica más pequeña que un guisante, que contiene hasta 4 semillas. Los frutos son verdes y agrupados en racimos. En otoño maduran tornándose color negro y permanecen varios meses en la planta. La recolección puede demorarse hasta el momento en que necesitemos las semillas.
El aligustre común o alheña se multiplica o reproduce en otoño enterrando ligeramente las semillas, sin pulpa.
O al inicio de primavera: si recolectamos las semillas antes de iniciarse el invierno, las conservamos dentro de una bolsa porosa, sin humedad y con el mínimo de aire, a 4ºC, en la bandeja de las verduras de un frigorífico. Los tres meses de invierno estratificamos en frío las semillas, a 4ºC, poniéndolas en arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado, que depositamos en la bandeja de las verduras del frigorífico. Cada semana reponemos la humedad pulverizando un poco de agua y, ya al final, miramos si alguna semilla está germinando. De ser así, la podemos sembrar. El resto se siembran acabado el invierno.


ARRACLÁN (frangula alnus o rhamnus frangula). Otros nombres: frángula, avellanillo, sanguiño.
Arbusto o arbolillo de hoja caediza, de ramas numerosas, delgadas y flexibles, no espinoso, autóctono de Europa (salvo el norte más frío y el sur más seco), del norte de África, y de Asia (salvo el sur). En la Península Ibérica es autóctono y está presente en las zonas de influencia atlántica y en sierras y sistemas montañosos.
Crece mejor en suelos (sustratos) silíceos (ácidos). Peor en los calizos (básicos). En terrenos frescos, húmedos y sombríos, cerca de corrientes de agua y barrancos. Desde el nivel del mar hasta los 1.500 msnm. Muy resistente, aguanta fríos de hasta -15ºC.
Da flores pequeñas blanco verdosas en primavera. Los frutos del arraclán son bayas redondas, pequeñas de unos 5 mm., verde amarillentas, que se tornan rojas primero, y azul casi negro al madurar a final del verano e inicio de otoño. Quitada la pulpa aparecen 2 ó 3 semillas.
El arraclán se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño. Mejor si se remojan durante 2 días.
También se pueden sembrar en primavera. Una vez recolectadas, limpias de pulpa y secas, las guardamos hasta acabar el otoño en una bolsa porosa o en envase hermético, sin humedad y con el mínimo de aire, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico. Durante los tres meses de invierno las ponemos en arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC. Cada 4 ó 5 días reponemos la humedad pulverizando un poco de agua y, ya al final, miramos si alguna semilla está germinando y, de ser así, la sembramos. Acabado el invierno sembramos las demás.
El arraclán puede reproducirse por estacas semileñosas en verano, mejor si son de la base o de mitad de una rama.ARRACLÁN (frangula alnus o rhamnus frangula). Otros nombres: frángula, avellanillo, sanguiño.
Arbusto o arbolillo de hoja caediza, de ramas numerosas, delgadas y flexibles, no espinoso, autóctono de Europa (salvo el norte más frío y el sur más seco), del norte de África, y de Asia (salvo el sur). En la Península Ibérica es autóctono y está presente en las zonas de influencia atlántica y en sierras y sistemas montañosos.
Crece mejor en suelos (sustratos) silíceos (ácidos). Peor en los calizos (básicos). En terrenos frescos, húmedos y sombríos, cerca de corrientes de agua y barrancos. Desde el nivel del mar hasta los 1.500 msnm. Muy resistente, aguanta fríos de hasta -15ºC.
Da flores pequeñas blanco verdosas en primavera. Los frutos del arraclán son bayas redondas, pequeñas de unos 5 mm., verde amarillentas, que se tornan rojas primero, y azul casi negro al madurar a final del verano e inicio de otoño. Quitada la pulpa aparecen 2 ó 3 semillas.
El arraclán se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño. Mejor si se remojan durante 2 días.
También se pueden sembrar en primavera. Una vez recolectadas, limpias de pulpa y secas, las guardamos hasta acabar el otoño en una bolsa porosa o en envase hermético, sin humedad y con el mínimo de aire, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico. Durante los tres meses de invierno las ponemos en arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC. Cada 4 ó 5 días reponemos la humedad pulverizando un poco de agua y, ya al final, miramos si alguna semilla está germinando y, de ser así, la sembramos. Acabado el invierno sembramos las demás.
El arraclán puede reproducirse por estacas semileñosas en verano, mejor si son de la base o de mitad de una rama. ARRACLÁN (frangula alnus o rhamnus frangula). Otros nombres: frángula, avellanillo, sanguiño.
Arbusto o arbolillo de hoja caediza, de ramas numerosas, delgadas y flexibles, no espinoso, autóctono de Europa (salvo el norte más frío y el sur más seco), del norte de África, y de Asia (salvo el sur). En la Península Ibérica es autóctono y está presente en las zonas de influencia atlántica y en sierras y sistemas montañosos.
Crece mejor en suelos (sustratos) silíceos (ácidos). Peor en los calizos (básicos). En terrenos frescos, húmedos y sombríos, cerca de corrientes de agua y barrancos. Desde el nivel del mar hasta los 1.500 msnm. Muy resistente, aguanta fríos de hasta -15ºC.
Da flores pequeñas blanco verdosas en primavera. Los frutos del arraclán son bayas redondas, pequeñas de unos 5 mm., verde amarillentas, que se tornan rojas primero, y azul casi negro al madurar a final del verano e inicio de otoño. Quitada la pulpa aparecen 2 ó 3 semillas.
El arraclán se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño. Mejor si se remojan durante 2 días.
También se pueden sembrar en primavera. Una vez recolectadas, limpias de pulpa y secas, las guardamos hasta acabar el otoño en una bolsa porosa o en envase hermético, sin humedad y con el mínimo de aire, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico. Durante los tres meses de invierno las ponemos en arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC. Cada 4 ó 5 días reponemos la humedad pulverizando un poco de agua y, ya al final, miramos si alguna semilla está germinando y, de ser así, la sembramos. Acabado el invierno sembramos las demás.
El arraclán puede reproducirse por estacas semileñosas en verano, mejor si son de la base o de mitad de una rama



.ARRACLÁN (frangula alnus o rhamnus frangula). Otros nombres: frángula, avellanillo, sanguiño.
Arbusto o arbolillo de hoja caediza, de ramas numerosas, delgadas y flexibles, no espinoso, autóctono de Europa (salvo el norte más frío y el sur más seco), del norte de África, y de Asia (salvo el sur). En la Península Ibérica es autóctono y está presente en las zonas de influencia atlántica y en sierras y sistemas montañosos.
Crece mejor en suelos (sustratos) silíceos (ácidos). Peor en los calizos (básicos). En terrenos frescos, húmedos y sombríos, cerca de corrientes de agua y barrancos. Desde el nivel del mar hasta los 1.500 msnm. Muy resistente, aguanta fríos de hasta -15ºC.
Da flores pequeñas blanco verdosas en primavera. Los frutos del arraclán son bayas redondas, pequeñas de unos 5 mm., verde amarillentas, que se tornan rojas primero, y azul casi negro al madurar a final del verano e inicio de otoño. Quitada la pulpa aparecen 2 ó 3 semillas.
El arraclán se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño. Mejor si se remojan durante 2 días.
También se pueden sembrar en primavera. Una vez recolectadas, limpias de pulpa y secas, las guardamos hasta acabar el otoño en una bolsa porosa o en envase hermético, sin humedad y con el mínimo de aire, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico. Durante los tres meses de invierno las ponemos en arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC. Cada 4 ó 5 días reponemos la humedad pulverizando un poco de agua y, ya al final, miramos si alguna semilla está germinando y, de ser así, la sembramos. Acabado el invierno sembramos las demás.
El arraclán puede reproducirse por estacas semileñosas en verano, mejor si son de la base o de mitad de una rama.ARRACLÁN (frangula alnus o rhamnus frangula). Otros nombres: frángula, avellanillo, sanguiño.
Arbusto o arbolillo de hoja caediza, de ramas numerosas, delgadas y flexibles, no espinoso, autóctono de Europa (salvo el norte más frío y el sur más seco), del norte de África, y de Asia (salvo el sur). En la Península Ibérica es autóctono y está presente en las zonas de influencia atlántica y en sierras y sistemas montañosos.
Crece mejor en suelos (sustratos) silíceos (ácidos). Peor en los calizos (básicos). En terrenos frescos, húmedos y sombríos, cerca de corrientes de agua y barrancos. Desde el nivel del mar hasta los 1.500 msnm. Muy resistente, aguanta fríos de hasta -15ºC.
Da flores pequeñas blanco verdosas en primavera. Los frutos del arraclán son bayas redondas, pequeñas de unos 5 mm., verde amarillentas, que se tornan rojas primero, y azul casi negro al madurar a final del verano e inicio de otoño. Quitada la pulpa aparecen 2 ó 3 semillas.
El arraclán se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño. Mejor si se remojan durante 2 días.
También se pueden sembrar en primavera. Una vez recolectadas, limpias de pulpa y secas, las guardamos hasta acabar el otoño en una bolsa porosa o en envase hermético, sin humedad y con el mínimo de aire, que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico. Durante los tres meses de invierno las ponemos en arena húmeda, no encharcada, en un envase de plástico cerrado que depositamos en la bandeja de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC. Cada 4 ó 5 días reponemos la humedad pulverizando un poco de agua y, ya al final, miramos si alguna semilla está germinando y, de ser así, la sembramos. Acabado el invierno sembramos las demás.
El arraclán puede reproducirse por estacas semileñosas en verano, mejor si son de la base o de mitad de una rama.



ROMERO (rosmarinus officinalis). Otros nombres: Romeo, rosmarino, romiru.
Arbusto de hoja siempre verde, pequeña, estrecha y alargada, muy ramoso, autóctono del sur de Europa, norte de África y Asia Menor. Autóctono de España, es poco frecuente en el norte húmedo y muy común en las zonas próximas al Mediterráneo. Está naturalizado en las islas de Macaronesia (Islas Canarias, etc.).
Crece en todo tipo de suelo (sustrato): silíceo (ácido), neutro, pero mejor en el calizo o calcáreo (básico). En terrenos poco profundos y pobres, incluso pedregosos, ligeros y bien drenados. Ambientes cálidos y suaves, aunque es capar de resistir fríos y heladas moderadas de hasta -5ºC. A pleno sol. Desde 0 hasta 1.500 msnm. Muy frecuente en cotas bajas de influencia marítima pues aguanta los aires salinos.
El romero florece dos veces: al inicio de la primavera y al inicio del otoño. Tiene flores pequeñas de color azul lila, pero también rosas o blancas. Los frutos del romero son 4 núculas minúsculas, alojadas en el fondo del cáliz, que cuando maduran se tornan color marrón. Recolectar desde mediados de verano, cuando los cálices se están secando, marchitando, como tostados y desmenuzar con los dedos.
El romero se reproduce o multiplica por semillas, enterrándolas ligeramente en otoño sin tratamiento, mejor si se ponen en remojo durante un día. Si hemos sembrado en semillero, regar a menudo con un pulverizador.
También pueden sembrarse en primavera. Hasta entonces, conservamos las semillas en un frasco cerrado o en bolsa de plástico, sin humedad y con el mínimo de aire, en lugar frío y seco. Un buen sitio es la bandeja de las verduras de un frigorífico, a unos 4ºC. Se mejora el índice de germinación si, además, estratificamos en frío las semillas durante los dos últimos meses de invierno. Se ponen en arena húmeda, no encharcada, dentro de un recipiente de plástico cerrado, que depositamos en la bandeja de las verduras. Cada 5 días reponemos humedad pulverizando un poco de agua. Sembramos si germinan o al acabar el invierno.
El romero se reproduce muy fácil por esquejes, de unos 12 cms., de madera blanda o semileñosa en primavera y verano. Si se introducen en un vaso de agua, en pocos días empieza a echar raíces. También se pueden introducir directamente en la tierra, regando con frecuencia al principio.
Las semillas de romero tienen la capacidad de germinar tras el paso de un incendio.




Pedro Manuel Oviedo